sábado, 18 de junio de 2011

Berlín madruga

Sigo sin hablar the The tree of life, por no soltar espoilers (aunque no sé que narices espoilearía), y porque aún no he asimilado nada. Sólo una cosa, verla cerquita de la pantalla, para que os aturda bien.


A lo que vamos, ahora en verano, aquí amanece a la maravillosa hora de las 3.30. Esto es, sales de tomarte dos cervecitas y el panorama está así, esa foto la tome a esas horas, un cielazo por cierto. Así que una de dos, o sales de fiesta de día, o duermes de día, algo a lo que acabas acostumbrándote por la fuerza. Y hasta pillándole el gustillo.

Pero hoy, mientras todos estaban de día en el Homopatik, una fiesta de estas en las que se da todo, muy berlinesa y muy guay,  y muy pasada de rosca (bueno creo que a estas horas sigue), un servidor se dedicó a ver capítulos de la tercera temporada de Fringe y a ir al gimnasio por la mañana, a las 9, un sábado. Qué me pasa?? Ahora me voy de parque con la bici, ah no, que esta diluviando, vaya, esto también es Berlín.

La imitación de Chicago de Postdamer Platz, aunque esté repleta de turistas, es de lo más chachi de Berlín, y transmite una sensación muy rara, nada que ver con el resto de la ciudad. Es estar en el futuro en medio de tanta cosa vieja.

Mañana os cuento donde vivo, las piedras del muro pasan casi por debajo de mi casa y aquí al ladito había un puesto de control en el que acribillaron a unos cuantos, hasta un negro que intentó pasar al otro lado. Yo no sabía que había negros en la zona comunista.

Parece que sale el sol. Bici ven pa' ca! Feliz sábado!




viernes, 17 de junio de 2011

Torremolinos en Berlin

Ahí debajo hay un bar, debajo de esos pisos torremolineros de Kottbusser Tor. Un bar, de los dos que hay en Krezberg. Es el bar de los jueves. Si entras, no sales, porque la gente hace tapón, o porque el sudor te impide salir, o por alguna razón mejor.

En ese bar hay un camarero, rapado, con barba, insoportable, que se merece un tiro en la nuca, las cosas como son. El resto no, no sé por qué no le han matado aún.
 

En ese bar se puede acabar como las grecas, porque una cerveza de litro cuesta menos de 3 euros, así nos va. En Alemania sigue siendo más barato beber cerveza que agua. El bar es caca, la música ni idea, el camarero es gilis, la gente no está mal.  

Pero Torremolinos en Berlín es lo más. La gente, el ambiente y los edificios, igualitos.

 

Yo sigo escuchando la banda sonora de "The tree of life", la peli de Malick que vi ayer en el Sonycenter, no se si me tiene fascinado o aturdido, os lo iré contando. De momento se que las imágenes de nebulosas y algo parecido al big bang, me fascinarán por mucho tiempo. Tengo que volver a verla, ya.

jueves, 16 de junio de 2011

FRAN

Fran vive en Berlín.
Fran no me escucha cuando le hablo en persona, sólo me escucha y me lee cuando le hablo por skype. Fran se empeña en ser indie pero también es un poco lady gaga, aunque quiera tener una rueda de bici distinta con el bordecito blanco, porque es old-school.

Fran es un poco nazi, pero en Alemania no puedes decir esa palabra, a Fran le parece mal que Goldie Hawn haga una serie para HBO, porque es vieja y tiene pecas en los pechos. Pero Goldie también es un poco Fran.

Fran grita y salta desde su asiento porque oye sonidos inexistentes por sus auriculares, y Fran dice que se llama Frank, porque así se lo puso su madre. No sabemos si en honor a Sinatra, a Ana Frank, o a Francisco Rivera, Paquirrín.

Fran vive con 29 personas, pero el da tiempo a ducharse y llegar 10 minutos tarde al trabajo. Fran baila en los ascensores, los descansillos y en el patio de las bicicletas.

Fran siempre está ocupado, pero cuando deje las mediaciones, las terapias de grupo y las fiestas para discuplarse porque le roben un altavoz tras una felación matinal, estará mucho más libre y nos querrá más a todos.

Fran se mete con tu camiseta y dice que estás gordo, es como una madre, pero al revés, de esas que te dan cañita.

Fran es el que se come la tortilla. Un abrazo Fran!


viernes, 20 de mayo de 2011

SOL entre los nubarrones


Ayer la Puerta de Brandenburgo fue un poco la Puerta del Sol, con mucha menos masa, pero casi la misma energía.  Unas 200 personas caminamos desde le embajada de España, cerrada, porque ellos sólo trabajan de 9 a 13, hasta Brandenburg Tor.


Esta foto la tomé en el camino de un lado al otro, cruzando el Tiegarten. Aquí la Siegessäule Berlin (Columna del triunfo), parecía una metáfora de nosotros mismos. Un rallito de sol rodeado de una gran tormenta y unos nubarrones muy, muy negros. Es una cursilada, pero yo juraría que por ahí se asomaba la el sol español para animarnos un poco. Porque no lo vamos a negar, íbamos un poco cabizbajos.

Esta mini protesta-reunión es el principio del movimiento en Berlín, y fue un éxito. Conseguimos estar en este mapa, aparecer en la prensa y ser el punto más oriental del movimiento 15M, por ahora. Por algo se empieza. 

No voy a negar que en la convocatoria se respiraba un cierto pesimismo. Aquí nos sentimos un poquito huérfanos, muy lejos de los que están en la Puerta del Sol, en Plaza Catalunya, y las otras decenas de plazas españolas. Somos pocos, y organizarnos para dar la nota, o que se nos oiga, no es tan fácil. Pero cuando un español emigra a Alemania, no quiere dar la nota, por alguna razón paranormal, no quiere parecer español.

No sé si nos da vergüencita ser españoles o que nuestro país está como está (yo prefiero creer lo segundo). Ahí faltaban muchos. Desde luego, los que estábamos allí, no sólo no nos avergonzábamos, si no que queríamos sentir que estábamos en una de las 70 plazas de España. Decir que estamos aquí pero también allí, y que estar aquí ahora no quiere decir que no volvamos a estar allí. 

Allí también hubo franceses, alemanes, y algún despistado también. Esta causa no es sólo española. Además, nunca está de más que escucharles, en francés, cosas como: “Nu hay pan paga tanto sogiso”.
En Brademburg Tor, los alemanes nos entendían, nos veían, y no vimos ni una sola cara de “qué narices están haciendo?”, sino más bien de “olé vuestros huevos”.  Eché de menos al corresponsal de TVE allí, suponemos que tendría noticias más importantes que contar desde Berlín.


Hoy voy a Praga, espero traer alguna noticia desde allí, donde también hay concentraciones. Y deseo toda la suerte a los atrevidos que se han lanzado a la calle en Alemania, que van a estar organizándose para la manifestación de mañana en el Lustgarten.

En Berlín, donde el silencio en la calle es una virtud, debería ser fácil hacernos oír.
Esta es la página del apoyo a Democracia Real Ya en Berlin en Facebook. En Twitter, sigue @acampadaberlin, estos son los que están mojándose de verdad, aunque luego en las asambleas siempre son los que se llevan los palos. 

Un apunte: españoles en Berlín, este fin de semana dejaros de Berghains, de playitas y de Homopatiks… el Open Air está en el Lustgarten.


martes, 17 de mayo de 2011

Jóvenes españoles vs Políticos caca

Es curioso, me planteé escribir en este blog mis experiencias desde Berlín, pero no puedo evitar estrenarlo hablando de España. Llevo unos días sin parar de mirar la prensa y las redes sociales españolas. Uno lee que #Spanishrevolution es trending topic y siente un cosquilleo. Estoy ilusionado con las movilizaciones de Democracia Real Ya, no por el mensaje en sí, si no por lo que creo que representan.

Que los jóvenes por fin salgamos a la calle sin ninguna consigna política es un notición, y yo, a 2000 kilómetros, lo estoy viviendo como si estuviera allí. Las manifestaciones de Madrid tal vez sirvan para mucho o tal vez no, pero para lo que sí sirven es para que la clase política las vean en el periódico antes que sus mensajes de campaña. Y que su campaña no sea el titular molesta bastante.

Los jóvenes de la Puerta del Sol, que tiran un contenedor contra un escaparate de Zara, no lo hacen por macarrismo puro y duro, si no porque la empresa española que más gana paga 900 euros a un joven que trabaja 40 horas.  Además este joven parece que tiene que dar las gracias por trabajar, porque claro, es un privilegiado. Mienras, Inditex, se mete a la saca 628 millones de euros de beneficio. Seguramente les llegue para reparar más de un cristal, y para comprarse todos los cines de la Gran Vía, si queda alguno.

Nuestra generación se ha acostumbrado a que abusen de ella. Ha llegado un punto en el que nos parece normal cobrar un mierda y trabajar por amor al arte, y por consiguiente, sentirnos un cero a la izquierda.  Señores, el trabajo se paga, y los jóvenes ya empiezan a estar hasta la coronilla de trabajar gratis, de generar beneficio y obtener una moñiga a cambio, y las gracias, con un poco de suerte. Estamos hartos de ser becarios eternos. Entre ser becario y quedarse en casa, todos pensábamos: "la experiencia me vendrá bien para después". Pero cuando uno se daba cuenta de que "después" no había nada, se daba de cabezazos contra la pared.

Luego están los bancos, esos grandes amigos que todos ayudamos a salvar, y que nunca revierten en nosotros pese a tener beneficios récords y grandes primas para sus directivos. A nosotros, en la práctica, sólo nos importa si nos cobrarán 1 euro cada mes por tener menos de 1000 euros de saldo en la cuenta, como hace Caja Madrid. Mientras veíamos como el Estado les inyectaba cash, a nosotros no nos llegaban las monedas para pagar sus comisiones.

Pero menos mal que nos queda la clase política, esa élite de hippy/pijos sin formación ni calculadora, con un montón de ideales y ambiciones, y una cegera congénita por perpetuarse en el puesto. Una clase política que sólo busca la victoria, la desacreditación mutua y el populismo barato (y luego les parece telebasura Telecinco). Políticos asiduos a la provocación y la demagogia, y que no dudan en utilizar las armas más barriobajeras para eliminar al contrario. Y hasta osan a desobedecer a la Junta Electoral. Estos jóvenes han sido más educados, pero yo no: váyanse a cagar.

Izquierda derecha, derecha izquierda, la misma mierda seca. Lo que están haciendo estos jóvenes (y en general cualquiera de los 5 millones de "desesparados") es gritarles a los políticos a la cara, aunque no la den, y dejar claro que están hasta las narices de tanta morralla.

Desde Berlín se ve todo muy trágico. Mis compañeros de trabajo españoles ni se plantean volver a España. A mi me da pena, a mi me encanta mi país, lo echo de menos pero soy consciente de que no puedo rebatirles cuando ellos me dan la cifras del paro alemán (7,6%) y del español (20,5%). Desde aquí España es como el apocalípsis, el lugar a donde no hay que volver, como pensaron en los 70 todos los que emigraron a Alemania. A mis compañeros ya no les queda ni chispa de ilusión. España les parece un universo muy muy lejano. A mi no. Mi ilusión se ha encendido ahora,  me la han despertado las manifestaciones en todo el país, sobre todo en Madrid. Algo se mueve, rezo por ello.

Si no creemos en esos jóvenes, en nosotros mismos, ¿en quién vamos a creer?, ¿en los que nos han gobernado los últimos 20 años? No, gracias. Tampoco quiero creer en Angela Merkel de Todos los Santos como hacen mis compañeros. Yo quiero volver a España y sentir que hicimos algo, que por fin reaccionamos. Sé que es muy fácil hablar desde lejos pero tenemos que dar guerra, y sacar a esa clase política de los titulares que tienen en el guión. Ahora saben que estamos ahí, y eso es un buen comienzo.

J. Enrique Santamaría
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